El
Auditorio Benito Juárez volvió a vibrar como en antaño, después de una década
volvió a ser la casa del boxeo en Los Mochis, y Jesús ‘Chamarras’ Quintero
levantó las manos rindiendo tributo a las leyendas que le dieron gloria.
El
‘Chamarras’ se sacó la espina en ‘La Revancha’, imponiéndose en una sangrienta
batalla ante José ‘Che Che’ Valenzuela, por el campeonato de la Costa del
Pacífico de peso Ligero, estelarizando una función promovida por Julio César
Chávez Factory.
No
hubo round de estudio, ya habían tenido ocho rounds para estudiarse bastante aquella
noche de noviembre cuando se enfrentaron por primera vez. Ambos salieron a
buscar el choque, la rivalidad deportiva se había transformado en encono y había
una cuestión de orgullo que los impulsaba a la agresión más allá de la llamada ‘dulce
ciencia’ del boxeo.
Apenas
en el round inicial, Valenzuela resultó cortado en el párpado derecho, y la
lona empezó a teñirse de rojo, despertando el instinto salvaje del espíritu
humano en el graderío, e hizo brotar los gritos de la afición, desgarrando
gargantas.
Quintero
fue una fiera, atacó de una forma feroz con combinaciones rápidas, y centró sus
ofensivas a la cabeza, fue un golpeo machacante.
Aunque
su fortaleza está en el contragolpe, y le convenía trabajar desde la media
distancia, ese pundonor de guerrero motivó al ‘Che Che’ a aceptar el
intercambio de golpes, la lucha cuerpo a cuerpo. Y en el pecado llevó la
penitencia.
En
el quinto asalto castigó al cuerpo, y un gancho al hígado casi dobla a Quintero
ya sobre el final del round, pero rebotó en cuerdas y se reincorporó, con un
gesto de dolor que se llevó al banquillo. Pero el ‘Che Che’ ya no insistió a
las zonas blandas.
La
cortada en el párpado derecho de Valenzuela fue perfectamente trabajada por su
esquina, pero el puño persistente de Quintero la agravó round tras round, y a
eso se sumó que poco a poco se le fue inflamando y cerrando el ojo izquierdo.
Todo
el séptimo episodio, el pupilo de los Kochules trabajó en reversa, con un jab
punzante y combinaciones rápidas de pocos golpes. Dominó claramente el round, y
se tomó un respiro. Quintero ya sangraba de una herida en el párpado izquierdo.
Pero
advirtiendo las puntuaciones en contra, a Valenzuela sólo le quedaba la opción
de jugársela, y los rounds finales fueron de choque, de sangre que salpicaba
para todos lados, de gritos que hacían latir el recinto.
Los
jueces Juan Parra, Andrés Armenta y Alfredo Bojórquez entregaron cuentas de
98-92, 95-93 y 98-94 respectivamente; haciéndole justicia al ‘Chamarras’.
“Entrenamos duro para arremangarlo, me
preparé para noquearlo, pero como que sí aguanta el Che Che. Nunca sentí su
pegada, sí aguanta pero no pega”, declaró al bajar del ring.
“Yo no había peleado en este auditorio, y me
siento muy orgulloso de haberme coronado aquí. Yo boxeo por mi hija María José,
y le prometí este título”, externó.
Jesús
Quintero y José Valenzuela habían ofrecido la mejor pelea del 2018 en Los
Mochis, que se definió mediante un discutido fallo mayoritario. La noche de
este viernes, el boxeo hizo justicia.
Otros resultados
En
la pelea de respaldo principal, Brandon ‘Red Boy’ Gámez se impuso por nocaut en
el segundo asalto ante el sonorense Jairo Gutiérrez, a quien dobló con un
gancho al hígado. Gámez mejora su marca a 11-0 con nueve nocauts.
Ricardo
‘Lobito’ Arce derribó dos veces al tozudo guasavense Guillermo ‘Chilango’ Bolaños,
para superarlo mediante un fallo unánime en cuatro rondas.
Abel
‘Waraní’ Acosta, que viene retomando ritmo tras una lesión, venció por nocaut
técnico en el segundo round al guasavense Abraham Valle; Alberto ‘Curadito’
González acabó en dos minutos y medio con el sonorense Adrián Valenzuela; y
Alejandro Young derrotó por nocaut técnico en el segundo episodio al sonorense Jesús
Valenzuela.
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