Estamos
a unos días del duelo entre el sinaloense Julio César Chávez Jr. y el tapatío Saúl ‘Canelo’
Álvarez (tan esperado por todos aunque algunos lo nieguen), que ha generado
opiniones divididas respecto al posible ganador, y también se han expresado
quienes demeritan el combate argumentando poca calidad por parte de ambos
contendientes.
Si
bien es cierto, no estamos hablando de dos superdotados del boxeo, creo que la
pelea bien se puede dimensionar como una muy interesante contienda, pues de
entrada, los pleitos entre mexicanos suelen resultar atractivos, máxime si hay
antecedentes de rivalidad, y ahora
los hay. Ambos han asegurado que es una cuestión
de honor.
No
sólo está en juego la victoria y la bolsa económica, el vencedor necesita convencer a una afición decepcionada e
incrédula, demostrar que puede superar
las críticas y convertirse en ídolo.
Por
un lado, tenemos a un tipo mediático
que gracias al buen trabajo publirrelacionista de Óscar de la Hoya se ha
posicionado como uno de los peleadores más rentables tanto en venta de taquilla
como en el sistema de pay-per-view.
Pero
no nos equivoquemos, el Canelo no es
un mal boxeador. No, el tapatío es un hombre disciplinado, con buena técnica
sin ser una genialidad, e inteligente.
Una
de sus principales ventajas es que
estará cómodo en el peso, sin sacrificarse de más, y su arma más importante
será la velocidad, sumada a un amplio repertorio de combinaciones.
Saúl
Álvarez se ha concentrado como
siempre en tierras californianas, haciendo trabajo de montaña en Big Bear y
sesiones de gimnasio en Los Ángeles y San Diego. Le ha apostado a un sistema
que le funciona, al que está habituado, respaldado por un equipo que ya es
‘familia’, con los Reynoso al frente, y quizá lo único diferente ahora es que
ha recurrido a peleadores más grandes para las sesiones de sparring.
En
cuanto a su técnica, podemos decir que es tosco
pero efectivo, siempre frontal a la ofensiva y de movimientos mecanizados
al esquivar o salir por laterales, pero es un muy buen contragolpeador y no se
obsesiona con apresurar el nocaut, sabe trabajar los tiempos.
Del
otro lado tenemos a Julio César Chávez,
un tipo que nació con la fortuna metida en la bolsa y un calificativo de
‘junior’ que supera a cualquier publicista. Pero no ha aprovechado su status, debido
a la indisciplina dentro y fuera del gimnasio, además de que no heredó la
genialidad del padre.
Sin
embargo, y a pesar de que sus detractores le acusan falta de corazón, el Junior
posee agresividad, busca el choque,
y sus ganchos al costado son precisos. Aunque su defensa es limitada y suele
obsesionarse en la búsqueda del golpe que defina antes del límite.
Hay
que señalar, que el sinaloense ha optado por reestructurar totalmente su sistema de trabajo para este combate, y
aunque ha asegurado una absoluta disciplina y dedicación, hay algunos factores que deben tomarse en cuenta
pues podrían ser determinantes en su desempeño arriba del ring
De
inicio, me parecía excelente que el Junior regresara a su natal Culiacán para
entrenar en el Gym Mr. KO bajo la guía de su tío Rodolfo, tal como hacía en sus inicios, porque así fue como
trabajó para obtener sus primeros logros.
Esto,
tomando en cuenta que tras superar una suspensión por uso de mariguana y sus
problemas legales contra Top Rank, en sus últimas peleas seguía siendo inconstante, yendo con uno y otro
entrenador, y aún dando de qué hablar sobre asuntos extra boxeo.
Pero
resulta que luego se puso en manos de Nacho Beristáin y Memo Heredia, y
decidieron en equipo concentrarse en el Centro Ceremonial Otomí. Y no es que
esto sea malo, pero Chávez no está
acostumbrado a trabajar bajo un esquema de entrenamiento como el de
Beristáin y Heredia, ni a una preparación tan larga en la altura, por lo que no
sabemos cómo responderá su cuerpo a la hora del combate.
Además,
el sinaloense está obligado a marcar 164 libras y media el viernes. Tomando en
cuenta que en la pelea con Sergio Martínez (septiembre de 2012) fue la última
vez que bajó a las 160 libras, y que en sus últimos compromisos anduvo rondando
con apuros las 170, éste representará el mayor desgaste físico para bajar de peso que haya hecho en su carrera.
Estos
dos factores podrían ser negativos para el Junior, disminuyendo su fortaleza
física y dejándole como única ventaja su mayor alcance, pero imaginarlo
boxeando a la distancia y contragolpeando al Canelo durante toda la pelea suena
descabellado.
Son
muchas las opiniones de quienes esperan un toma-y-daca
incesante, y ese es un panorama que parece convenirle más al pelirrojo, pues el
sinaloense llegará más desgastado y resentirá en mayor medida el esfuerzo
físico round tras round.
El
pronóstico puede fallar, puede
romperse la lógica, puede ser que el Junior se recupere físicamente para la
contienda y su cuerpo le permita combatir a buen ritmo hasta el campanazo
final, o incluso, aprovechar una mayor fortaleza y aspirar al nocaut. Pero eso
es un volado, su oportunidad parece estar en acabar el pleito en los primeros
rounds.
De
cualquier forma, el morbo estará
rondando la T-Mobile Arena de Las Vegas este sábado. Por eso, las dos
televisoras más grandes de México, Televisa y TV Azteca, estarán compitiendo
por el público, mientras que HBO (Estados Unidos), BT Sport (Reino Unido), RPC
Canal 4 (Panamá), Canal Space (Latinoamérica) y Australia Main Event buscarán
sacarle provecho al negocio.
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