El
mochiteco “Sugar” Ray Beltrán cumplió su sanción por doping y de inmediato
lanzó un reto para volver al cuadrilátero.
“Estoy
de vuelta en el juego. Estoy metido en el gym todo el día, todos los días.
Estoy listo para cualquiera en una pelea en las ciento cuarenta libras, ¡dénmela!,
estoy listo. Hagámoslo”, dice en un video que colgó en su cuenta de Facebook.
El
primero de mayo pasado, Beltrán enfrentó al japonés Takahiro Ao por el
campeonato vacante OMB de peso Ligero, y aunque ganó por nocaut en el segundo
round, no se adjudicó el título debido a que se quedó media libra por arriba
del límite en la ceremonia de pesaje.
Unos
meses después, cuando se le negociaba el siguiente combate, la Asociación de
Antidoping Voluntario (Vada, por sus siglas en inglés) dio a conocer que el
mochiteco había fallado positivo por estanozolol en una muestra presentada para
aquella pelea con Ao.
El
estanozolol es un anabólico que se comercializa como comprimidos y solución
inyectable; Beltrán alegó que su nutricionista le había sugerido tomarlo.
La
Comisión Atlética de Nevada suspendió a Ray Beltrán por nueve meses, a partir
de la fecha del combate con Takahiro Ao, y le aplicó una multa de 25 mil 500
dólares, correspondiente al 30 por ciento de la bolsa que ganó en esa pelea.
Beltrán
había disputado en otras dos ocasiones el título de la OMB de las 135 libras:
en septiembre de 2013 sacó un discutido empate ante el escocés Ricky Burns, a
quien le fracturó la mandíbula, y en noviembre de 2014 fue superado mediante un
fallo unánime por el estadunidense Terence Crawford.
La
esperanza para el sinaloense radicado en Phoenix, de 34 años de edad, es que su
empresa promotora, Top Rank, lo respalde en quizá un último intento de
conquistar el anhelado campeonato mundial.
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